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ES EL “FARISEO” UNA TRADICIÓN ARRAIGADA EN LOS PUEBLOS YOREMES

*.-UNA PROMESA QUE DUELE POR EL SACRIFICIO QUE REPRESENTA*.-HABLAN FARISEOS, JEFES Y EL PROPIO PROMESERO DE LA ETNIA MAYO DE PUEBLO VIEJO DE SUS EXPERIENCIAS
PUEBLO VIEJO.-En el momento de toda tribulación, sea de motivo económico, de salud, como cuando en su momento el medico comunica al paciente que ya no hay nada que hacer, es que se clama a Dios.
El hombre lo hace siempre que tiene una gran necesidad, clama a ese ser supremo que “todo lo puede”. Y es que, sin fe nada tiene sentido, porque mueve montañas, salva vidas, conforta, es dadora de gozo, paz, en fin, es la esencia y esperanza del ser humano.
Lo anterior, aunque muchas veces ni el mismo “Fariseo” sepa la causa de la “paga” de la promesa porque como en este caso que hoy nos ocupa fue otra persona la de la promesa.
“Se sufre en estos 40 días de cuaresma porque se ampollan los pies de tanto caminar y porque me ausento de la casa ya sea para permanecer en el campamento de Tetanchopo, o por andar en la campaña con Cristo, de repente nos llevan de poblado en poblado y de ranchería a ranchería, no nos dejan ir a ninguna parte solos y cuando solicitamos permiso nos dejan acudir a casa y lo hacemos únicamente en el patio”, afirmó José Ramón Martinillo Reyes. El “Judio” vecino de Buena Vista, Pueblo Nuevo, señaló que lleva 14 años de cumplir al señor Jesús durante la campaña y Semana Santa, luego de que su mama María Guadalupe Reyes Chávez le dijera de muy joven que tenía que cumplir una promesa, “de la cual ni yo mismo se a causa de qué fue”.
Apuntó que al inicio su señora Madre le dijo que tenía que acompañar al santito durante tres años y ya en el lugar las autoridades yoremes le dijeron que iban a ser cuatro años porque uno es de pilón.
“Así que lo hice, sin preguntar porqué y mi mamá solo se concretó a decirme que Dios se había manifestado al sanarme, empero no se de qué”, sostuvo.
El Judío de Pueblo Viejo, reconoció que la Mayo es una tradición bonita porque se dio cuenta que es a Dios a quien le sirve, “aunque el personaje que me tocó no es muy halagador hacerlo, empero es bueno”, asentó al apuntar que la vida del “Fariseo” es una aventura, y a la vez sufrimiento.
“La gente no nos comprende y nos gritan muchas groserías, que somos flojos y nos mandan a trabajar, nos tiran pedradas y esas cosas, empero el mayor sufrimiento es la ausencia de la familia al lado de uno”, participó. Acompañado siempre durante la entrevista de Hilario Quiñónez Osuna, Pilatos de la Tribu, de Arturo Ríos Gocobachi, tamborero Mayor y de Esteban Jusacamea Yocupicio, Capitán Mayor; el promesero dijo que además de dejar sus labores de yesero, fontanero, en ocasiones durante la cuaresma se engripa, o se tuerce un píe.
“Sin embargo, replica, la tradición debe seguir y como andemos de salud nosotros también continuamos dando todo lo nuestro, sabemos que son pruebas de Dios y que las tenemos que pasar con su ayuda, al final todo es bendición”, aseguró.
Preciso que al portar la mascara fabricada de cuero de chivo, automáticamente sucede como un acto de magia y el promesero se convierte en el mismo “Chamuco”.
“Nos da por hacer maldades y al acercarse semana santa, me dan ganas de que sea ya jueves santo y buscar y encontrar al viejito (que hace las veces de Jesús) corretearlo, azotarlo y amarrarlo para tomarlo preso”, expresó visiblemente emocionado.
“Los Fariseos, Somos la contra de todo lo que aquí hacen los rezanderos y marías, hacemos ruido cuando rezan y esas cosas”, reconoce.
El Judío de Pueblo Viejo, indicó que el incremento de su maldad se da el Viernes Santo que es crucificado el Señor y cuando él grita al derribar la casita del Cristo sintiendo escalofríos, asegurando que sin embargo, esa maldad desaparece el Sábado Santo o de Gloria, para dar paso a la alegría de saber resucitado al señor Jesús, según la Etnia.

“Ese es el momento más bonito de la promesa porque Dios nos bendice a través de y para ello tenemos dos padrinos que nos conducen a la Cruz del perdón. Todo vale la pena porque viene la bendición Dios me cumplió y yo lo hago ahora”. Cabe señalar que ese día muchos Judíos que reciben el perdón de parte de Jesús hasta luego de la quema de las máscaras, se desmayan porque sienten alivió y paz, luego de que sus padrinos los rosean con agua bendita.
Los días plenos de la celebración como lo son el miércoles, jueves y viernes de semana mayor, el Fariseo se tienen qué amanecer, ya que el primer día en mención se vela en el campamento de Tetanchopo y luego se madruga el jueves para buscar a Jesús en la casa que Judas les indica.
Luego viene de la velada de aprehensión el jueves, le sigue la del festejo por la crucifixión del viejito (que hace las veces de Jesús) el viernes por la noche, la cual es una jornada larga.
De acuerdo a sus usos y costumbres, los Indios Mayos y principalmente los “Fariseos” recuerdan a mucha gente la pasión y muerte de Jesús el Salvador.

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