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Produce SEVAY-INIFAP Semillas Resistentes a la Falsa Cenicilla

*.-LOPE MONTOYA REVELA QUE ES LA PRINCIPAL ENFERMEDAD DAÑINA PARA EL CULTIVO DE CÁRTAMO Y DA RECOMENDACIONES AL PRODUCTOR
MARTÍN ROBERTO VEGA ENCINAS
NAVOJOA.-Reproducciones de semillas de las variedades de cártamos resistentes a la Falsa Cenicilla, esta estableciendo el SEVAY, cuyos granos serán liberados en el próximo ciclo agrícola, informó Lope Montoya Coronado, quien reveló que esa enfermedad es la principal enfermedad que afecta al cultivo de cártamo a nivel nacional.
“Es uno de los aspectos al que el productor teme en los cultivos”.
El jefe del Sentro Experimental Valle del Yaqui (SEVAY), aseguró que con esta nueva variedad de semillas resistentes, así como el precio rentable de comercialización el cártamo “es y será una buena opción”.
Montoya Coronado, recomendó al agricultor que al momento de sembrar no tire mucha semilla de cártamo en las parcelas, ya que una alta población de esa oleaginosa inicialmente, induce mucho al problema de plagas.
“Que manejen, dijo, entre 18 y 20 semillas por metros lineal es lo más recomendable, ya que todas las variedades traen buena germinación y hay que confiar”, aseveró.
El líder nacional del proyecto del cártamo, reveló que la cenicilla es una enfermedad causada por el hongo Ramularia carthami y dijo que se identificó por primera vez en el sur de Sonora durante el ciclo O-I 2000/2001, y afectó en gran medida al rendimiento del cultivo.
Abundó que las manchas en las hojas causadas por este patógeno son circulares y regulares; las cuales se caracterizan por una densa masa blanquecina originada por las fructificaciones del hongo (esporas) en el centro, las cuales se hacen notorios cuando la hoja se coloca para su observación en el ángulo apropiado.
“Cuando las manchas se secan, dijo, se observa una coloración café en los márgenes, cuyo tamaño de las misma es variable y puede alcanzar un radio de más de 5 milímetros”, sostuvo al apuntar que las manchas circulares se pueden encontrar en ambos lados de las hojas.
Mencionó que el inicio de la enfermedad ocurre en el tercio inferior de la planta y el avance es ascendente y muy rápido debido a que el período desde que el hongo penetra hasta que se observan los primeros síntomas no rebasa los 10 días, “de tal manera que cuando se observan los primeros síntomas, el hongo ya ha infectado las hojas superiores y la manifestación de los síntomas se desarrolla en cadena”, enfatizó.
Detalló que esta enfermedad ataca a todas las variedades comerciales y se presenta en todas las fechas y densidades de siembra recomendadas y sugirió que en los suelos con alta retención de humedad, suficiente para completar el ciclo normal de la planta, es necesario evitar los riegos de auxilio, “ya que éstos crean un microclima de alta humedad ambiental que induce a una mayor incidencia de la cenicilla”.
USO DE CONTROL QUÍMICO
Explicó que la aplicación de fungicidas preventivos se debe realizar antes de que se observen los primeros síntomas al final de la etapa de roseta e inicio de elongación del tallo y así mismo cuando se presenten condiciones de alta humedad ambiental con mancozeb (3 l/ha de Dithane-FMB) y chlorotaloril (2 l/ha de Cheyene-720F).
Las aplicaciones curativas- dijo- se deben de iniciar al observarse el primer síntoma de la enfermedad en el tercio inferior de la planta.
Para finalizar Lope Montoya, sostuvo que los productos que han registrado la mayor eficacia son: tebuconazole (500 ml/ha de Folicur 250 EW), epoxiconazol (1 L/ha de Opus), kresoxim-metil (200 g/ha de Stroby DF), difenoconazole (500 ml/ha de SICO), trifloxistrobin (120 g/ha de Flint), propiconazol (500 ml/ha de Tilt 250 CE) y carbendazim (500 ml de Derosal 500 D).
“Si la fecha de siembra utilizada es temprana, y la presencia de la enfermedad también es temprana, normalmente se necesitan hasta tres aplicaciones de productos fungicidas curativos, para obtener rendimientos superiores a las tres toneladas por hectárea”, concluyó.

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