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CUMPLIERON DOS AÑOS DE ORDENACIÓN SACERDOTAL

*.-LOS PRESBÍTEROS ANTONIO ERNESTO ROBLES MANZANEDO Y JUAN ISAAC MARTÍNEZ
*.-SON, RESPECTIVAMENTE, VICARIOS DE LAS PARROQUIAS DEL SANTUARIO DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE Y DEL SAGRADO CORAZÓN DE
JESÚS

No hay Nada más Importante que Servir a Dios: Robles

POR MARTIN ROBERTO VEGA ENCINAS

NAVOJOA.-Al ofrecer una misa de acción de gracias por su segundo aniversario como sacerdote, en la parroquia del Santuario de Santa María de Guadalupe de esta ciudad, el presbítero Antonio Ernesto Robles Manzanedo, reiteró su intensión de continuar siendo sacerdote para siempre.
“Son dos años en donde la misericordia de Dios ha estado siempre conmigo, porque sin él que es muy bueno nada podría hacer”, reconoció ante la presencia de Gonzalo Rascón Murakami, jefe del decanato de San Ireneo y el presbítero Juan Isaac Martínez, vicario de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y algunos diáconos que se solidarizaron en tal misa de agradecimiento.
También ante algunos de sus familiares, de laicos comprometidos y feligresía parroquial que asistió a la homilía que ese día se ofreció a los Santos Inocentes, Robles Manzanedo renovó su intensión de ese día que entregó al Altísimo su vida, alma y corazón; “hoy renuevo lo que le dije a Dios ese día, porque no hay nada más importante que servir a Dios en todos ustedes”, reafirmó.
Por su parte, al ofrecer la reflexión de la cita de ese día, Isaac Martínez, sostuvo que para ser un buen sacerdote como Robles Manzanedo se requería de esa inocencia de los niños de aquel tiempo que sin deber nada fueron sacrificados por buscar al niño Jesús.
“Pedimos a Dios que siempre te sostenga en este estado de inocencia para servir como su sacerdote, porque con tu entrega y dedicación al apostolado de Cristo en la tierra, podrás renovar la entrega y llevar el estandarte de los Santos Inocentes, en una vida donde abras de sufrir sin merecerlo, empero donde también podrás gozar la gloria de Dios por aceptar ese sufrir y a partir de ahí el de ser un sacerdote para siempre”, aseveró.
Juan Isaac, participó al padre Ernesto que el por constituirse para Gloria de Dios sacerdote, podrá seguir como hasta ahora conduciendo a todo a quien lleve sus problemas y necesidades en ese estado de inocencia a su gracia infinita como lo hizo en aquel tiempo y lo haría hoy el mismo Jesús.
“Que todo consagrado sepa conservarse en es estado de santidad y que nunca te ofenda si alguien te diga Inocente Padre Antonio”, formuló, al pedir a Antonio Ernesto que aunque son dos años no deberá decir que no tiene experiencia.
“Porque son dos años de entrega y de más aprender, en cuya jornada Dios ha sabido no solo dar testimonio a través de tu ser, sino de dar su carne y su sangre a través de las Eucaristías que has presidido en su nombre”, aseveró.

Ratificó Isaac Ministerio Presbiteral

*.-OFRECE SU MINISTERIO SACERDOTAL A LOS LAICOS COMPROMETIDOS

POR MARTIN ROBERTO VEGA ENCINAS

NAVOJOA.-“Bendito Sea Dios por este sacerdocio, bendito sea Dios por esta familia cristiana que me ha regalado, cuya famita tiene un sacerdote porque cuando recibe de corazón a Jesús, como jefe de la familia tiene ya su propio sacerdocio, y en el y desde el, tienen también a su servidor, gracias por sus oración, por su amistad”.
Expresó lo anterior el presbítero Juan Isaac Martínez, en el marco de la Eucaristía de acción de gracias por su segundo aniversario de ordenación sacerdotal, en una homilía que fue concelebrada por el presbítero Ramón Rodríguez Carvajal y el Diacono Sergio Ricardo Magaña Álvarez en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en cuya misa ratificó el ofrecimiento de su ministerio sacerdotal, a los laicos consagrados.
Ante una nutrida concurrencia, el vicario de ese sagrado recinto apuntó que la mejor forma de agradecer a Dios por estos dos años era orando por cada uno de ellos.
“Por ustedes, sus familias y necesidades”, expresó al ofrecer a Dios su trabajo, talentos y prisas, en bien de cada uno de los ahí presentes.
“Gracias por recibirme como familia y por permitirme ser también, mi propia familia”, asentó.
Antes, ante la reflexión de la cita Bíblica en la víspera de la celebración Eucarística de la Sagrada Familia, Magaña Álvarez en su mensaje pidió a Isaac Martínez seguir siendo un “Alter Cristus” (Otro Cristo).
“Ama tu vocación, dijo, y trata de considerar el sacerdocio de tal manera que, el día en que un joven te pida consejo sobre su destino, consideres un honor proponerle que se haga sacerdote”.
Entre muchas otras cosas, el Diacono recordó que Jesús en su familia vivió su Primer Seminario, porque el sacerdocio de Jesucristo fue un don para la Sagrada Familia.
“La vocación de Jesucristo sumo y eterno sacerdote, dijo, la de san José y la de todos los personajes de la historia de la salvación, es igual a la de cada uno de nosotros hablando en términos familiares, se desarrolla en este medio”.
Sergio Ricardo Magaña, abundó que la iglesia, en donde todos somos miembros, es por su propia naturaleza “Vocación”, signo e instrumento que realiza y cumple la vocación de todo cristiano, en su actuar.
Participó que por tal motivo, la historia familiar de la vocación sacerdotal, es la de un profundo diálogo entre Dios y el hombre, “entre el amor de Dios que llama y la libertad del hombre que responde a Dios en el amor”, sostuvo.
Se refirió al dicho “Nada es Coincidencia todo es Providencia” y recordó que principalmente en ese día de su aniversario en el que el número dos de su servicio ministerial le traía muchos significados, citando que dos son los sacramentos destinados al servicios de la comunidad, el matrimonio y el orden sacerdotal.
“Como sacerdotes conviertes las dos especies del vino y del pan en el cuerpo y la sangre de Cristo; has desempeñado tu sacerdocio en dos parroquias; dos mujeres han sido para ti después de Dios, los amores de tu vida: Tu madre María del Rosario y tu Nana Argelia, quienes desde el cielo celebran este acontecimiento tan importante para ti y dos son los santos de tu devoción: el padre Pío de Prietrelcina y al madre María de Jesús Sacramentado y Venegas; y dos son las Directrices de todo sacerdote: El Ser y Quehacer, es decir, el Ocuparse y Preocuparse de la familia, tal y como lo hizo San José en el evangelio de hoy”, expresó al concluir.

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