miércoles

Memorias de Charles Carpenter a XXX Años de Sacerdote

*.-SERÁ FESTEJADO EN NAVOJOA EL ASESOR DE LA PASTORAL PENITENCIARIA CATÓLICA
POR MARTÍN ROBERTO VEGA ENCINAS
NAVOJOA.-“
Nací en Hawthorne, California, colonia de Los Ángeles y a los cinco años de edad, mi papá me preguntó si quería ser sacerdote. Le dije que sí y de esa forma se plantó la semillita en mi corazón”, señaló el presbítero Charles Carpenter quien el primero de noviembre de este año cumpliera su XXX aniversario de haber sido ordenado sacerdote.
Nuestro personaje de hoy, recuerda que durante muchos años vivió una vida típica de los muchachos de ese lugar de Estados Unidos y explica que eran sólo 5 kilómetros de la playa donde residía.
“ Me gustaban mucho el estudio y los paseos en la playa. En mi familia somos 13 hermanos”, afirma al comentar que después de la preparatoria en Gardena, California, fue a estudiar por cuatro años a la Universidad de San Francisco, que es dirigida por los jesuitas.
“Al terminar la carrera en inglés, francés y filosofía, dijo, fui a Etiopía por 2 años como miembro del Peace Corps (Cuerpo de Paz, que es una especie de ejército de universitarios para promover la paz) y en Etiopía di clases en escuelas secundarias del campo, en las materias de inglés y ciencias sociales, entonces podía escuchar el rugir de los leones en la noche”.
Mencionó que a su regreso de Etiopía (a los 24 años de edad), por fin respondió al llamado de Dios y reconoció que las circunstancias eran tremendas.
“Me confesé, y al salir del confesionario y el cuarto oscuro de mi existencia se iluminó por completo”, acepta al mencionar que por ello hoy como sacerdote, cree firmemente en la gran fuerza que el Sacramento de la Confesión da a las personas.
Abundó que posteriormente conoció a un sacerdote Aloysius Ellacuria, CMF que estaba lleno del Espíritu Santo y dijo que fue quien respondió a todas las preguntas que tenía sobre el sentido profundo de la vida.
“Poco a poco, iba despertándose en mí la inquietud de mi niñez: el sacerdocio, de aquella semilla que había plantado Dios en mi alma, por medio de mi papá, brotó la convicción de caminar detrás de Jesucristo como sacerdote”, apunta.
Carpenter sostiene que los primeros dos años, ayudaba al mismo sacerdote Aloysius en Los Ángeles, como su chofer y secretario personal y dijo que como ese Padre tenía el don de sanación, se quedó maravillado por los numerosos enfermos que se curaron por la mera bendición de este Padre, quien invocaba a Dios sobre ellos.
Participó que posteriormente fue con él y con otros 9 jóvenes, a Fátima, Portugal, donde residió en lo que consideró el regazo de la Virgen María, 2 años que el que fue su noviciado, para luego pasar a España, a la Facultad de Teología en Burgos, y realizar allí en el Seminario sus estudios de filosofía y teología.
Reveló que llega por primera vez a Álamos el 18 de Julio de 1977 y mencionó que a las 2 semanas se deshidrató, siendo trasladado al Sanatorio de Lourdes en Navojoa, donde se interno por un mes, ya que su presión arterial bajó a 70/50, debido a que siempre había vivido en lugares fríos.
“Había intentado pasar del congelador al horno, sin pasar primero por el microondas”, bromea sonriente.
Así continuando su amena charla, Charles Carpenter dijo que hacia el final del mes de Agosto, el Obispo Don Miguel González vino a darle la gran sorpresa.
Levántate, Carlos, porque te voy a ordenar de diácono el 2 de Septiembre en Álamos!" Faltaban unos 3 días”.
Detalla que al año siguiente, se ordenó también al presbiterado, en el Templo del Sagrado Corazón, Navojoa, la tarde del 1 de Noviembre de 1978, siendo su padrino el Párroco de entonces, el Padre Fernando Sánchez.
“Durante mis años en Álamos, lo más raro que me sucedió fue una vez en San Bernardo, cuando me había olvidado de llevar conmigo el alba (vestido blanco que se pone bajo la casulla) para una boda. No quería impacientar a los novios al regresar los 56 Kilómetros a Álamos”,
Abunda que preguntó a la Señora de la Familia Sáinz, si tenía dos sábanas blancas y dijo que respondió que no, pero que lo iba a buscar de todos modos entre las sábanas multicolores de esos tiempos, regresando entonces con dos sábanas blancas, las únicas blancas en toda la casa.
DURANTE LA ENTREVISTA
“empero, me dijo, estas sábanas tienen un problema, y es que, llevan los iniciales de mi esposa". Algo desesperado, le dije que me las enseñaran. Efectivamente, llevaban los iniciales: "JHS" (José Hermenegildo Sáinz), bien bordados en negro gótico, haciendo el alba más apropiada que me he vestido en estos treinta años.
“Que nuestro buen amigo descanse en paz”.

1 comentario:

  1. Mi nombre es Gustavo Gonzalez y quiero participar aportando algunos comentarios a las memorias del padre carlos de las cuales tengo bastantes.
    En cierta ocasión toco el tema el padre cesareo sobre el angel de la guarda y de como deberiamos de comunicarnos constantemente con él y llamarlo con un nombre. Y nos dió el ejemplo de como una vez a media noche tuvo que salir de alamos a navojoa y se voltó el carro en que viajaba quedando debajo de un puente a la altura del cerro prieto, sin ser visto por los pocos carros que circulaban a esa hora, de inmediato se comunicó con el Padre carlos a traves de su angel de la guarda y le pidió que fuera por él porque estaba en peligro y le dijo el lugar exacto. Antes de la hora llegó el padre carlos al lugar exacto para auxiliarlo...
    Posteriormente a esta platica del padre cesareo salimos de paseo a las playas de huatabampito como era costumbre, ya que al Padre Carlos efectivamente le gustaban las playas, pero decidimos caminar de huatabampo a huatabampito y otro hermano iba en el pick up por si alguien se sentia mal. Al rato solo nos quedamos el Padre Carlos y yo caminando pero el se empezó a sentir mal de su pié y me pidió por medio de su angel de la guarda "Gustavo ve un poco mas rapido y dile a los muchachos que vengan por mi inmediatamente porque me siento mal" a lo que yo me apuré y al llegar a la palya estaba el hermano chofer discutiendo con el resto de los hermanos de que si era cierto que el Padre Carlos estaba pidiendo que fueran por él porque se sentia mal y les comenté que si y les pregunté que si porque no se habian ido..pero Elias, el hermano chofer decidió no ir argumentando que eran puras mentiras nuestras y nos faltaba un tornillo..como a la media hora llegó el Padre Carlos arriba de la carga de un donpe (un camión de carga que llevaba piedra para cimientos de casa a huatabampito) y me preguntó que si no escuché su mensaje porque no fuimos por él y le respondí que si pero que no habian querido ir por él a lo que nos puso un regañadon marca lloraras...

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