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Carlos Alberto Icedo Trasviña: Fundidor de Oro, Realiza Verdaderas Joyas

+.-Lleva más de 10 años en el Taller y Joyería “Colima”
+.-Es hijo Adoptivo de don Felipe Romo Corona
+.-Llamado a los Jóvenes a Estudiar, “yo no Tuve esa Oportunidad”








POR MARTIN ROBERTO VEGA ENCINAS
El crisol de la flama está muy por encima de los 900 grados centígrados de temperatura y eso lo sabe muy bien Carlos Alberto Icedo Trasviña, quien desde hace más de 10 años labora en la “Joyería Colima”, ubicada en el pasaje con ese mismo nombre en el mercado municipal “Manuel Ávila Camacho”.
“Estoy fundiendo oro y esto lo hago desde muchos años en este lugar, he aprendido el oficio que me enseño don Felipe Romo Corona, que es el verdadero artista de este local, realizo pulseras, anillos, collares, y muchos artículos de este metal y de plata”, participó, quien también funde medallas.
Icedo Trasviña indicó que para conocer la calidad de oro utiliza un acido o reactivo especial, cuyo talento lo ha heredado durante el tiempo que tiene de trabajar, a cuyo negocio acudía desde pequeño solo para visitar a don Felipe, quien le tomó cariño y lo adoptó como uno mas de sus hijos.
El joven de apenas 32 años, nos comenta que los otros ‘talleres de compostura’ (reparaciones) se están quedando ‘paradas’ debido a la situación tan mala que se atraviesa económicamente hablando, por lo que en ese lugar se cobra lo razonable.
“Achicar o agrandar la pulsera o anillo, o poner la piedra, pulir, etcétera, eso es nuestro quehacer”, explica este joven y experimentado profesional, al efectuar los retoques que requiere la joya que momentos antes había fundido en el crisol del fuego, es el toque final para luego poner la pieza en el escaparte de listos.
Carlos detalla al reportero que el color natural de la plata es blanco, y el del oro tras el fundido, no es tan amarillo como lo que habitualmente se ve relucir en la calle.
La fundición, participó, es una de las facetas más desconocidas de la joyería, ya que es en este proceso que se toca el ansiado metal en ‘bruto’.
 “En Navojoa los motivos religiosos se estilan mucho, son regalos recurrentes”, comenta al opinar sobre los gustos imperantes en la ciudad.
Carlos Alberto, quien actualmente está casado con Zulema y tiene dos hijas, Leslie y Fryda, mas otro que viene en camino, para quien trabaja duro, hizo un llamado a los jóvenes de la Perla del Mayo para que nunca dejen de estudiar y un día lleguen a ser profesionistas, “alguien en la vida”, ya que muchos como él que no tuvieron la oportunidad de estudiar.
No todos tienen la fortuna que yo tuve de encontrarme con gente como “El Colima”, que les tiendan la mano y no solo los adopten como hijos postizos, sino que además les enseñen el oficio de joyero.
“Que le echen muchas ganas, yo solo estudie la prepa, me hubiese gustado mucho terminar una carrera, pero pues ya me puse a trabajar, empecé a ganar dinero y pues aquí estoy”, asentó.
Entre otras cosas, Carlos Alberto Icedo Trasviña dejó en claro que le gusta trabajar bien y que el cliente quede contento.
“Por eso me esmero, pongo todo mi esfuerzo, me gozo cuando el cliente regresa, eso quiere decir que lo hice bien, es por mi patrón, por mi familia y por mi, pero sobre todo por el cliente que es a quien nos debemos”, sonríe al finalizar, ya que tiene que atender al señor Miguel Ángel Valenzuela Rábago, vecino de la colonia SOP, quien llevó oro para que este artista le fabrique una pulsera con letras de oro realzadas.

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